- Al ver estos filmes los sentidos se agudizan y se deja de pensar pausadamente. ¿Cuáles son tus favoritos?
Usualmente, entre los cinéfilos el terror suele ser un género cinematográfico vapuleado, pues es todo un arte crear películas que realmente valgan la pena y no se encasillen simplemente en el susto gratuito. Directores como Alfred Hitchcock (Psicosis), Stanley Kubrick (El resplandor), George A. Romero (La noche de los muertos vivientes) y más recientemente James Wan (Saw), entre muchos otros, han dejado su marca. No obstante, ver este tipo de películas puede generar efectos interesantes en el cerebro y todo entrepreneur las debe tomar en cuenta.
De entrada, desde los tiempos de la Antigua Grecia, Aristóteles hablaba de la catarsis que vivían los espectadores de las tragedias griegas, quienes a través del visionado de la obra se purificaban emocionalmente y liberaban sus temores. Corte al nuevo milenio, cuando técnicas de escáner cerebral y análisis de hormonas han permitido dar una explicación científica al fenómeno.
Para ello, en la Universidad de Nueva York se realizó un estudio dirigido por Erno Hermans, en el que 80 personas fueron estudiadas mediante resonancias magnéticas mientras veían escenas de terror. ¿Los resultados? Según lo publicado por la revista Science, “el cerebro reorganiza sus redes neuronales para darle una respuesta al estrés”.
Fomentan “cascadas” de ideas
Al ver estos filmes los sentidos se agudizan y se deja de pensar pausadamente, por lo que se actúa con rapidez –como si se estuviera en un escenario en el que se busca sobrevivir cuando la propia vida está en juego–; este tipo de estimulación muchas veces va de la mano de la creatividad, indispensable para cualquier persona interesada en el emprendimiento, ya que se analizan alternativas y se tienen ideas a una alta velocidad.
“Hemos mostrado que la actividad neuromoduladora noradrenérgica en la primera fase de la respuesta al estrés promueve una reorganización de recursos neuronales. Estos establecen una red que abarca regiones involucradas en la reorientación de la atención, el aumento de la vigilancia perceptual y el control automático neuroendocrino”, establecieron en su reporte Hermans y compañía. En lenguaje llano, este tipo de filmes ponen a al cerebro alerta, lo despabilan gracias a la acción del neurotransmisor noradrenalina.
Generan relajación y felicidad
Ahora, también hay un aspecto psicológico a considerar si se toma en cuenta lo que sostiene el profesor de Psicología de la Universidad de Delaware Marvin Zuckerman. Él considera que las personas que necesitan un mayor nivel de excitación y vivir experiencias intensas son propensas a ver cine de terror, pues son incluso quienes tienden a practicar actividades extremas. Esta ruptura con la rutina no sólo genera felicidad, sino que ayuda en la relajación, y ya sabemos que cuando uno está relajado surgen las mejores ideas. No por nada, volviendo a la época de la Antigua Grecia, la cuna de la civilización occidental nació del ocio.
Disminuyen el estrés
Pero no conforme con lo anterior, las películas de terror nos afectan física e intelectualmente de modo imperceptible. De hecho, pueden transmitir ideas por medio de las emociones que se experimentan cuando se observan estas historias; ayudan a olvidar los problemas –con lo cual se clarifica la mente–, a dejar salir sentimientos reprimidos y disminuyen las hormonas del estrés.
Así que ya lo saben, si quieren alcanzar un estado “zen” por medio de otra táctica que no sea el yoga o la meditación, siempre se puede ver una buena película de horror para dejarse sumergir en sus vericuetos mentales y emocionales.