- Elon Musk ha sido acusado de oportunista al intervenir en el rescate de los doce niños en una cueva inundada en Tailandia y las acusaciones tienen motivos de peso. La realidad es que tecnología no siempre lo resuelve todo.
El rescate exitoso de los doce niños atrapados en una cueva en Tailandia ha cautivado y ha dominado el ciclo de noticias de actualidad en todo el mundo. Tal vez por eso el anuncio de Elon Musk que enviaría a un equipo de ingenieros para ayudar ha causado tanta controversia.
Por un lado la comunidad tecnológica parece haberse llenado de orgullo con el anuncio y la velocidad en que el equipo enviado por Musk fue capaz de desarrollar una cápsula donde puede entrar una persona y ser conducido por dos buzos en espacios supuestamente pequeños.
“Es un mini-submarino usando el tubo de transferencia de oxígeno líquido del cohete Falcon”. Los nerds aplaudieron con rabia. La tecnología lo resuelve todo, el genio de moda en la actualidad lo ha vuelto a hacer. Es nuestro nuevo Steve Jobs, es el que nos mostrará el futuro.
Bueno, no. Al menos en este caso.
Es el otro lado de la controversia. Musk ha sido acusado de aprovecharse de una desgracia que puso en jaque la vida de doce niños, de hacer la visita al país para ganarse nuevamente a la prensa. También de haber enviado un tubo de metal que no sirvió para el rescate y lo que es peor, haberlo dejado ahí.
Las acusaciones tienen sustento. El jefe de los rescatistas en Tailandia, Narongsak Osatanakorn, comentó en una entrevista a la BBC: “El equipo enviado para ayudarnos no es práctico para esta misión. Aunque es tecnológicamente sofisticado, simplemente no sirve para entrar en la cueva”.