¿Compras no reconocidas? Este es el peor error bancario que cometes

FUENTE: DINERO EN IMAGEN

Siete de cada 10 casos de robo de identidad están relacionados con pérdida de los documentos, y 6 de cada 10 por robo de carteras y portafolios, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

El robo de identidad es un delito en el que México ya ocupa el octavo lugar a nivel mundial.

Consiste en tomar tus datos personales y confidenciales y hacer mal uso de ellos, por ejemplo, para abrir cuentas bancarias, contratar seguros, realizar compras o solicitar créditos.

El phishing es otra forma de estafa mediante la cual, los delincuentes envían correos electrónicos, haciéndose pasar por diferentes instituciones financieras, para obtener los datos personales.

Según la Condusef, una persona tarda en darse cuenta que fue víctima de uno de estos delitos hasta 100 días.

Podemos estar en situaciones en las que desconocemos los cargos a nuestras tarjetas. En casos extremos cuando solicitamos un crédito y nos dicen que estamos en el Buró con mala calificación.

Al final, cuando investigamos, podríamos encontrar un gran número de deudas que no adquirimos.

Toma nota

La Condusef aconseja lo siguiente:

  1. Nunca ingreses tus contraseñas, sobre todo bancarias, a algún sitio al que se llegó por un correo electrónico.
  2. Evita proporcionar tu información financiera, es mejor llamar antes a la institución bancaria ante cualquier duda.
  3. Toma en cuenta que ni las entidades financieras, ni Visa o MasterCard u otro operador de tarjetas, solicitan datos personales a sus clientes o verificación de sus cuentas mediante correo electrónico, mensaje de texto o vía telefónica, a menos que ellos los contacten.
  4. Si extravías tus documentos, te sugerimos presentar una denuncia ante la autoridad correspondiente, para que quede como antecedente en caso de mal uso.
  5. Informa de inmediato a la institución bancaria que manejes.
  6. Revisa constantemente el estado de tus cuentas bancarias o cualquier crédito o préstamo que hayas solicitado.

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