- Crear nuevas ideas debe ser divertido, y cualquiera puede convertirse en una fábrica imaginaria. Te decimos cómo.
Muchas personas se dicen a sí mismas: “Sencillamente, no soy creativo”. Pero la creatividad es una habilidad que puede desarrollarse con práctica y dedicación. Se trata de resolver problemas y negarse a recibir un ‘no’ como respuesta. Las personas más creativas que conozco ignoran lo que es aceptado masivamente y favorecen lo poco convencional.
Aceptémoslo: Gran parte de las mejores ideas –por ejemplo, los celulares– una vez las consideramos fuera de lugar y no factibles.
Pero ejercitar tu creatividad no debe ser una tarea aburrida. Sentarte solo en una habitación, forzándote a generar nuevas ideas es poco productivo. En lugar, déjate inspirar y estimular por el mundo que te rodea. En las primeras etapas de la generación de una idea, no se trata de lo que realmente es viable; cuanto más absurdas parezcan las ideas, mejor.
Para inspirarme a generar nuevas ideas y pensar fuera de la caja, practico diariamente estos tres juegos:
Mezcla y empareja
¿Qué dos productos podrías reunir para crear uno nuevo? No le temas a lo inusual. Camina por el pasillo de tu tienda de retail favorita y verás cómo van surgiendo las ideas. Por ejemplo, la decisión de combinar una linterna con un tornillo fue muy ingeniosa. Esta herramienta permite trabajar en áreas oscuras sin tener que detener una luz con una mano. Y claro, ¿qué serían nuestros celulares sin cámara?
Uno de mis estudiantes generó la idea de combinar un portaplacas con un pizarrón borrable. La gente puede reflejar sus intereses y estilo con este producto, ya que es posible modificar su mensaje cuando lo deseen.
Resuélvelo
Ponte en sintonía con el mundo que te rodea y cuestiona todo. ¿Cómo podrían ser las cosas mejores? Escucha las quejas de tu familia y amigos. ¿Qué tipo de dificultades encuentran en la vida diaria? ¿Qué molestias enfrentas en tu propa vida? Identifica los problemas y empieza a aventar soluciones. Muchos emprendedores e inventores trabajan así.
Uno de mis ejemplos favoritos es un producto que creó un alumno mío para ayudar a la gente a ordenar sus cosas. Él notó que su esposa siempre batallaba por encontrar cosas en su bolso. En respuesta, desarrolló un inserto de bolso con bandas elásticas ajustables que mantienen los artículos en su lugar, permitiendo que sean fáciles de encontrar.
¿Qué pasaría si…?
¿Qué pasaría si pudieras escuchar música mientras nadas? ¿Qué pasaría si pudieras lanzar un frisbee a una distancia tres veces mayor a la que puedes actualmente? No tengas miedo de dejar que tu mente divague y sueñe. ¿Qué realmente te gustaría que fuera posible?
Uno de mis estudiantes se preguntaba: “¿Qué pasaría si pudiera monitorear cómo y cuándo crecen los niños?” Como una alternativa a marcar con lápiz en la pared, creó una gráfica del tamaño de un imán para los refrigeradores.
Cuanto más ejercites tus músculos creativos, más fácil será crear productos y servicios que mejoren la vida de las personas.