- El salario emocional no se refiere a una remuneración económica, sino a los estímulos emocionales que le permiten a los colaboradores de las empresas ser felices y mejorar su efectividad.
Salario emocional es aquello que no se remunera de manera económica, ya sea en dinero o en especie. Si restamos de la ecuación el salario económico y prestaciones a los que tiene derecho un empleado, todo lo demás que recibe se traduce en salario emocional.
Antiguamente, en el siglo XX, ni si quiera existía el término y además se podía percibir, incluso, como una “cursilería”; “Yo te pago por trabajar y tú vienes a tu puesto de trabajo estés contento o no, lo cual para mí es totalmente irrelevante”; es decir, no se hacía nada para que eso fuera un valor o una práctica dentro de la empresa. Actualmente en las organizaciones cada vez hay más conciencia de la importancia del salario emocional que se brinda a los empleados, los cual se traduce en diferentes tipos como:
- Un buen clima laboral. Llegar a un lugar donde no solamente no me sienta amenazado, sino que me sienta animado, motivado y contento de de que voy a llegar a un área, empresa u oficina donde me la paso bien con la gente con la que estoy y nos divertimos. Y considerar que es una buena inversión hacerlo porque estoy con un grupo de personas con las que tengo un tiempo y una experiencia amable y agradable.
- Un proceso de transformación a la cual la empresa me invita a participar. La empresa en sí misma me está apoyando y me está permitiendo medir cómo he ido creciendo y cómo me he ido desarrollando dentro de la organización. Los seres humanos somos mucho de concluir ciclos; cuando yo veo que en un trabajo invertí 3 años y ahora de ser un empleado B, paso a ser un empleado A, es algo que me motiva e, incluso, me fideliza con la empresa en la que trabajo. Se trata de un proceso escalonado donde veo que voy conquistando “peldaños” dentro de la organización.
- El entorno de la felicidad como el centro del contexto laboral. En las últimas décadas se ha puesto en el aparador organizacional el tema de la felicidad como un tema crítico, como un tema que hay que cuidar y que hay que desarrollar. De hecho, existen empresas que tienen un puesto llamado “Gerente de la felicidad”, visualizando la felicidad como una relación sana conmigo mismo y con mi entorno, y que da pie a un crecimiento armónico como ser humano en la parte física, emocional, intelectual y espiritual.