- Autogobernarse permite que puedas decidir sobre tu vida y hacer tu estilo personal de líder
Cuando hablamos de liderazgo personal no nos referimos a lo que comúnmente conocemos como “echarnos porras”, sino más bien tiene que ver con saber identificar nuestras emociones, ser líder con nosotros mismos y saber hacia dónde vamos y a dónde queremos llegar.
El liderazgo es la capacidad que tenemos los seres humanos de influir en el comportamiento de una persona para dar un resultado; y la primera persona a influir es uno mismo. La persona que no ha logrado una conquista básica de él mismo ni siquiera se levanta en la mañana; hablo, por ejemplo, de una persona que sabe que tiene que despertarse y levantarse en la mañana, pero no logra influir en él para hacerlo.
No obstante, cuando hablamos de ser líder frecuentemente se piensa que es algo con lo que se nace, que siempre hay alguien más que ejerce ese papel y que es a quien hay que seguir. En este sentido diría que si bien es cierto que la gente nace con ciertas características de liderazgo (por ejemplo, cuando uno ve a niños, desde chiquitos, que, frente a otros, son los que toman la batuta, definen, organizan, y muestran habilidades naturales de liderazgo), también es cierto que el liderazgo es algo que se puede construir con el tiempo.
No obstante, cuando hablamos de Liderazgo Personal, hablamos de autogobernabilidad, es decir, que yo sea autogobernable, que yo pueda decidir sobre mi vida y tener una clara visión de hacia dónde quiero ir, dónde quiero llegar y, en consecuencia, trabajar en ello.
1. Motívate a ti mismo
El primer paso es tener un conocimiento claro de nuestra parte emocional. Como sabemos, la motivación es la combinación de varias emociones; de hecho, hay estudios que aseguran que la mayor parte de los seres humanos somos “analfabetos emocionales”.
Yo soy baby boomer (nacidos entre 1956 y 1964) y en la escuela, por ejemplo, a mí nunca me enseñaron a manejar mis emociones; de hecho, si le preguntas a la gente sobre las cinco emociones básicas (enfado, miedo, felicidad, amor, tristeza), la gente ni siquiera las conoce. De ahí que el primer paso para motivarme, teniendo en cuenta que la motivación es un estado emocional, tiene que ver con el conocimiento de las emociones y cómo las manejo y las administro apropiadamente para lograr los resultados que estoy buscando.
Muchas veces, ante la frustración de estar en un trabajo donde uno no ve futuro, al estar desempleado … sabemos qué es lo que tenemos que hacer y, sin embargo, no actuamos. Para ello, primero debemos detectar y reconocer el estado emocional que nos está impactando, ya que, es muy común cuando alguien se enoja y le dicen ¿por qué estás enojado? Que éste le responda “¿Yo? No estoy enojado …” y el único que no sabe que está enojado es él… Nuestro rostro nos delata. Si no nos damos cuenta de nuestro estado emocional y no la aceptamos, no sabemos cómo lidiar con esa emoción, por lo que para manejar tus emociones primero debes aceptar que estás bajo un estado emocional alterado y hacer cosas para cambiarlo.
2. ¿Buscar inspiración para después actuar?
No, justamente es al revés. Es decir, levántate sin ganas, vete a hacer ejercicio sin ganas, busca un empleo sin ganas, sin inspiración … No hacemos las cosas cuando estamos inspirados; cuando estamos ejecutando las cosas, es cuando nos llega la inspiración, no es al revés. Entonces, el hecho de que la gente no conozca cómo se dan estos factores hace que tengan un pobre liderazgo personal y que los aleje de los resultados que pretenden lograr. Todos los profesionistas medianamente exitosos han ido a trabajar más de una vez sin ganas, pero ahí están, dando la batalla.
3. El propósito personal
Los propósitos de vida no se construyen, se descubren. Hay dos momentos fundamentales en la vida de un ser humano: el día que naces y el día que descubres para qué naces. El propósito de vida es algo que se va descubriendo en el camino, por lo que lo que uno tiene que desarrollar es esa visión personal para empezar a descubrir dónde están sus fortalezas, sus cualidades y cómo las puede utilizar en beneficio propio y de su entorno, para empezar a descubrir cuál es su propósito de vida, y pueda contestar con total claridad para qué está en este mundo.
Asimismo, la felicidad juega un papel muy importante. Hoy todas las investigaciones de desarrollo organizacional toman la felicidad como un factor fundamental, lo cual representa un cambio paradigmático muy importante porque toda la vida se pensó que el trabajo era algo que nos tenía que “doler”, y los investigadores se dan cuenta actualmente que la felicidad es un factor clave para ser exitoso. Si analizamos a toda la gente a la cual admiramos, nos damos cuenta de que hay un común denominador: son felices haciendo lo que hacen.