Crowdfunding podría tener un ‘enemigo’ en México: la regulación

  • Las disposiciones en la ley Fintech podrían limitar el desarrollo acelerado del sector.

FUENTE: EL FINANCIERO

Las plataformas de fondeo colectivo o crowdfunding enfrentarán algunos requisitos contenidos en las disposiciones secundarias de la Ley Fintech, publicadas el 10 de septiembre pasado, que podrían inhibir su crecimiento, coincidieron participantes del sector y expertos.

De acuerdo con las nuevas reglas, las plataformas deberán enfrentar topes a sus financiamientos, lo que las obligará a modificar algunos de sus productos y las limitará a ofrecer otro tipo créditos que por su naturaleza sean de montos mayores, como el automotriz.

Prestadero, una de estas plataformas, deberá eliminar o bajar el monto de préstamo que ofrecía a sus clientes mediante uno de sus productos, con el cual formalizaba los créditos de entre amigos y familiares por un máximo de un millón de pesos, debido a que las startups para préstamos de persona a persona podrán dar financiamientos por hasta 50 mil unidades de inversión (UDIs), es decir, menores de 300 mil pesos. Además de que ésta no permite que personas cercanas al solicitante, excepto familiares, puedan fondear el total de la solicitud.

La regulación, coincidieron fuentes consultadas, fue pensada en los modelos actuales de las plataformas y no en que éstas se desarrollan rápidamente.

“Lo que va a hacer es que vayamos muy lento en el crecimiento y lo que sucede con las startups es que no podemos crecer lento, necesitamos crecer rápido, probar y ver si funciona porque este crecimiento lento lo que va a hacer es estancarnos”, dijo José Rivas, CEO de Konsigue, una startup dedicada a financiar facturas de pequeñas y medianas empresas (Pymes).

El crowdfunding es el segundo segmento fintech más grande en México, algunas de estas empresas registran crecimientos de hasta 200 por ciento anuales.

Estas startups se han convertido en una opción distinta a las entidades financieras tradicionales, sobre todo para quienes no cuentan con un historial crediticio o son considerados como clientes de alto riesgo.

Según datos recopilados por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), cinco instituciones financieras en México concentran el 74 por ciento de los créditos otorgados. Por ejemplo, Citibanamex y BBVA Bancomer agrupan más de la mitad de los créditos de nómina emitidos por instituciones reguladas.

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En el caso de las startups de préstamos a Pymes, el tope será de hasta un millón 670 mil UDIs, poco más de 10 millones de pesos. Éste es menor al promedio que solicitan las Pymes a la banca tradicional, el cual es de 15.1 millones de pesos, según datos del Banco de México.

Estos montos, coincidieron entrevistados, orillaría a algunas empresas a solicitar un financiamiento a las instituciones financieras tradicionales o a fraccionar sus operaciones para obtener el recurso esperado.

“Acabas segmentando, las fintech atienden a estos y los bancos tradicionales a estos otros más grandotes, cuando lo que quisieras a través de las fintech es sí crear más opciones para todo el espectro de posibles receptores de un préstamos, pero también crear presión competitiva en donde la banca tradicional ya atendía”, explicó David Lamb, director de Promoción a la Competencia de Cofece.

Es decir, la regulación sólo daría oportunidad a empresas de optar por la banca tradicional, los fondos de capital o el mercado bursátil para fondearse.

El límite de 10 millones de pesos puede aumentar hasta cerca de 40 millones de pesos mediante una solicitud a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). No obstante, coincidieron la Cofece y emprendedores, realizar de forma recurrente estas solicitudes generaría un costo administrativo innecesario que se trasladaría al usuario.

Además de los límites anteriores, ningún proyecto o solicitante podrá recibir en total más de 7 millones 370 mil UDIs, cerca de 44 millones de pesos. Es decir, se pueden realizar varias rondas de financiamiento, pero en conjunto no deberán pasar los 44 millones de pesos.

Estos mismos topes se aplicarán también a las plataformas de crowdfunding inmobiliario. Pero este bajo monto de crédito, dijeron las fuentes, limitaría a que mediante estas plataformas se fondeen grandes construcciones y que en algún momento las nuevas empresas compitan con la banca tradicional o con instituciones como los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras).

“Hay suficiente negocio en proyectos pequeños, pero lo crítico es que no fomenta la competencia. Entonces ni nosotros vamos a buscar dar mejores condiciones a los grandes, ni los bancos van a buscar mejores condiciones, porque son los únicos que pueden (atenderlos)”, consideró Alberto Padilla, CEO de Briq.mx, una plataforma de crowdfunding de real estate. “Proyectos más grandes que se fondearon en otros países no cabrían aquí en México”.

En otras naciones ya se han construido rascacielos y centros comerciales utilizando este método. Por ejemplo, el edificio más grande de Colombia se financió con una de estas campañas. Este último país reguló en julio pasado al fondeo colectivo con un límite equivalente a 49 millones de pesos mexicanos, pero sin restricciones por solicitante o proyecto. España, Portugal e Inglaterra fijaron el monto en 5 millones de euros, poco más de 110 millones de pesos.

Para algunos, estos límites resultan un obstáculo para la competencia e incluso segmentan el mercado, pero para otros especialistas, la regulación sólo busca educar a inversionistas en un mercado que consideran de alto riesgo.

“Lo que se está buscando (con la ley), es tener un buen inicio para que la gente aprenda a invertir mediante crowdfunding. Yo creo que la autoridad lo que está buscando es proteger a los inversionistas”, dijo Gregorio Vázquez, profesor de Finanzas en EGADE Business School.

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