Por qué Steve Jobs ‘sigue vivo’

  • Esto es lo que un especialista en PR aprendió del emprendedor más emblemático de nuestro tiempo a 7 años de su muerte.

Todos hemos oído hablar de Steven Jobs. Él es famoso por la innovación, el marketing y el diseño de su marca. Y quién sabe cuánto dinero ha generado su nombre. Podrías pensar que Jobs estaba en un nivel totalmente diferente al tuyo, pero todos tenemos mucho que podemos aprender de él. Encontré una lección importante de su sabiduría, y una vez aplicada a mi propio negocio, los resultados hablaron por sí mismos.

Solía pasar horas y horas, semana tras semana, entrevistando a personas de mi público objetivo. Sabía que tenía que conocerlos por dentro y por fuera, desde lo que comían en el desayuno hasta lo que los mantenía despiertos por la noche. La razón por la que debemos estar a tono con sus vidas es porque necesitamos saber cómo hablar con ellos y convencerlos de que nos compraran.

¿Cuál parece ser el problema?

Con todo el tiempo que pasé hablando, entrevistando y encuestando a mi público, debería haber sido millonaria. Ciertamente sabía con qué luchaba mi audiencia, pero mi negocio tuvo problemas. Lo que aprendí de Steve Jobs es que los clientes (o clientes potenciales) no pueden decirte lo que necesitan. La verdad es que si supieran qué necesitan, no necesariamente me sería yo o mi producto. Las personas saben qué problemas tienen, pero tú eres el que tiene la solución.

Entonces, todo ese tiempo le pregunté a mi público qué querían o necesitaban, y realmente no lo sabían. Por supuesto, sabían qué resultado deseaban, pero no tenían idea de cómo llegar del punto A al B. Hay una gran frase de Henry Ford: “Si les hubiera preguntado a mis clientes qué querían, habrían dicho que un caballo más rápido”. Obviamente, todos estamos contentos de que Ford haya inventado el automóvil en lugar de invertir en un negocio de cría de caballos.

Qué sucedió cuando proporcioné una solución

Estaba leyendo un artículo sobre Jobs al azar un día, cuando algo que dijo me impactó: “Muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas”. Los clientes no pueden decirte lo que necesitan. Pueden darte una idea general de sus problemas, pero es tu responsabilidad encontrar la mejor solución. ¡Brillante! Seguí hablando con mi público objetivo, pero cambié mi enfoque.

Trabajo con emprendedores que luchan por ganar tracción con sus negocios. Ese es su problema. Y sé cómo solucionarlo. Ya no espero que mis clientes me digan qué hacer por ellos. Simplemente necesito saber cuál es su problema. Una vez que entiendo lo que está pasando, desarrollo una estrategia de relaciones públicas para el público.

Además, ahora puedo comercializarme mejor porque estoy enfocada en la solución. Sé exactamente qué soluciones proporciono para exactamente qué problemas. Conozco los puntos débiles, conozco las dificultades, y ahora sé cómo encontrar la solución única de cada cliente. Cuando me sintonicé con esta lección y comencé a comercializarme de esta manera, mi negocio comenzó a crecer.

La innovación nunca se detiene

Puedes estar pensando que una vez que hayas desarrollado su solución única para el problema de tu cliente ya se terminó el trabajo duro, ¿verdad? Falso.

Toma la lección de Jobs y llévala un paso más allá: inventó iTunes, la primera solución de música que permite reproducir toda tu música en un solo lugar. Pero ¿se detuvo ahí? Por supuesto no. Su trabajo nos ha dado iPhones, iPads e iWatches. Sus soluciones originales continúan evolucionando con el tiempo, incluso después de que Jobs ya partió. Para aquellos que continúan su trabajo en Apple y para emprendedores como él trabajando duro en todas partes, siempre hay una mejor solución para cada problema que espera ser descubierto.

Entonces, como emprendedores, nunca podemos dejar de evolucionar nuestra solución a algo mejor. Un mejor producto, una mejor estrategia, una mejor solución a las preocupaciones que mantienen a nuestros clientes despiertos por la noche. Siempre debemos tener hambre para hacer que sus vidas sean mejores, más fáciles y más satisfactorias.

Jobs y yo tenemos negocios completamente diferentes. No sé si alguna vez alcanzaré su nivel de éxito. Muy pocos lo hacen. Pero lo que me he dado cuenta es que podemos aprender mucho de otros que han caminado por el mismo sendero que queremos seguir algún día. A veces todo lo que se necesita es un cambio en su estrategia para abrir puertas grandes.

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