FUENTE: EL ECONOMISTA
Los ingresos, a la larga, no podrían sostener los gastos del gobierno.
México necesita impulsar una reforma fiscal que más allá de incrementar la recaudación tributaria se enfoque en combatir la desigualdad, refirió Iván Benumea, investigador del Programa Justicia Fiscal de Fundar, centro de análisis e investigación.
En entrevista, refirió que es importante incrementar la recaudación tributaria, la cual representa actualmente 13.0% del Producto Interno Bruto (PIB), pero se debe apuntar a cambiar el esquema fiscal tan desigual, en donde sólo se benefician aquellos de mayores ingresos.
“Para combatir efectivamente la desigualdad hay que realizar una reforma fiscal que apunte hacia la extrema concentración de la riqueza”.
Refirió que la importancia de impulsar una reforma fiscal es porque los ingresos, a la larga, no podrían seguir sosteniendo los programa sociales y otro tipo de gastos del gobierno.
“No es recaudar por recaudar, sino que la reforma fiscal tenga un enfoque. Que los recursos se gasten bien y garantizar los derechos humanos”, comentó.
De acuerdo con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no habrá una reforma fiscal que suba o cree nuevos impuestos en la primera mitad del sexenio.
“Sí hay que aumentar la recaudación, pero considerando los altos niveles de desigualdad de nuestro país, una reforma fiscal podría contribuir a cambiar el panorama. Ya no podemos seguir con bajos niveles de recaudación”, agregó Iván Benumea.
Añadió que los efectos de la desigualdad están comprobados e, incluso, que pocas personas concentren la riqueza impide que las economías nacionales crezcan, además de impedir el acceso a bienes y servicios por parte de la población con menores ingresos.
Los cambios
Para impulsar una reforma fiscal que apunte a combatir la desigualdad, el investigador de Fundar refirió que se necesitan hacer cambios en la manera en que se cobra el Impuesto sobre la Renta (ISR), así como gravar las herencias y la economía digital.
En el caso del ISR, indicó que es importante analizar los beneficios fiscales que existen y que son aprovechados, usualmente, por las personas de mayores ingresos.
Por ejemplo, para las personas físicas, la tasa máxima de ISR es de 35% (para el que más gana); sin embargo, la tasa efectiva para los contribuyentes de ingresos más altos es de 11 por ciento.
“Se debe analizar por qué su tasa efectiva es menor, si no existe algún tipo de abuso por parte del contribuyente. Hay que implementar otro tipo de impuestos que graven la riqueza”, comentó.
En este sentido, refirió que una buena opción es el impuesto a las herencias, con cierta características para tampoco afectar a los contribuyentes con menores ingresos.
Asimismo, refirió que es importante buscar mecanismos para gravar a las plataformas digitales como Uber, Facebook y Amazon, además de analizar los impuestos especiales al alcohol, refrescos y comida chatarra, los cuales están pensados en evitar problemas de salud.
Agregó que otra buena medida es federalizar la Tenencia, para que así el gobierno capte más recursos.
Mantener tasa cero
En el caso del Impuesto al Valor Agregado, Iván Benumea refirió que si bien eliminar la tasa cero a alimentos y medicinas dejaría más al erario público, la realidad es que sería difícil plantearlo de una manera que no afecte a las personas de bajos recursos.
“Calculamos que eliminar la tasa cero en alimentos y medicinas si aumentaría la recaudación en alrededor de 1% del PIB, pero estamos conscientes de que esta medida afectaría el nivel adquisitivo de las personas”.
Explicó que los efectos negativos se podrían resarcir con un modelo de transferencias, en donde lo que se recaude por eliminar la tasa cero sea destinado a aquellas personas más pobres.
“Eso es complicado de diseñar y por lo tanto somos de la idea de que, por ahora, conviene más mantener la tasa cero”, expresó.